Qué entendemos por CNV. Son las siglas que hacen referencia al concepto Comunicación No violenta. Desde el punto de vista de su creador, Marshall Rosenberg (2013), la CNV nos permite escuchar con atención, expresarnos con sinceridad, empatizar, detectar conductas que nos afectan, además de identificar y expresar con claridad lo que esperamos de una situación.
Nace desde un sincero y profundo deseo de aportar más compasión/comprensión a las relaciones humanas. Siendo consciente de los efectos negativos que generan el etiquetar y diagnosticar, dado que la creación de un mundo pacífico implica la eliminación de un lenguaje que genere culpa, vergüenza, juicios, crítica y exigencias, pues contribuyen a la violencia en las relaciones humanas.
Qué entendemos por CNV
Gracias a este tipo de comunicación aprendemos a escuchar nuestras propias necesidades más profundas y las de las demás personas. Nos ayuda a descubrir la profundidad de nuestra propia compasión. A través de la práctica de su práctica, podemos aprender a aclarar lo que estamos observando, qué emociones estamos sintiendo, qué valores queremos vivir y qué queremos pedirnos a nosotros y a otras personas para enriquecer nuestras vidas. Por tanto, nos ayuda a:
-Adentrarnos en nuestro interior y descubrir lo que está vivo.
-Explorar nuestras necesidades básicas que nos mueven a actuar.
-Expresar y escuchar más claramente lo que sucede en nuestro interior.
Se rige por dos principios básicos que son Escucha Empática y Expresión honesta. Con la práctica de ellos vamos a conseguir:
Como ya sabemos, la comunicación está presente en cualquier situación social y la manera de comunicarnos es determinante, especialmente en situaciones conflictivas con los niños. Es importante mostrar a los más pequeños una forma sana, respetuosa y clara de comunicarse consigo mismos y con los demás, que les permita regular pacíficamente sus conflictos.
Es una potente herramienta educativa para usar con los más pequeños de la casa y también con los adultos, que somos sus modelos de aprendizaje.
Rosenberg (2013) describe cuatro situaciones frecuentes cuando hablamos con los niños, en las que el lenguaje toma una connotación de comunicación violenta.
- El primer escenario se da en la formulación de juicios morales como culpar, insultar, infravalorar, etiquetar o criticar.
- El segundo es el uso de comparaciones.
- El tercer escenario es la negación de la responsabilidad de uno mismo ante una situación concreta.
- El último escenario es la expresión de nuestros deseos en forma de exigencias que resultan en amenazas con culpa o castigo a quien no las satisfaga.
Este tipo de expresiones deben ser evitadas y sustituidas por un tipo de lenguaje adecuado. ¿Pero cómo podemos hacerlo? Os lanzo una idea:
La teoría de la jirafa y el chacal para comunicarnos con los niños
Para diferenciar ambas formas distintas de comunicarnos, Rosenberg (2013) elige dos animales, el chacal y la jirafa. Por un lado, el lenguaje chacal representa la comunicación violenta y está constituido por calificativos, juicios moralistas, normas rígidas, exigencias, castigos o recompensas y negaciones de responsabilidad. Las personas que emplean el lenguaje chacal no intentan entender los sentimientos ni las necesidades de los demás y se limitan a pensar en sí mismos.
Por otro lado, el lenguaje jirafa representa la CNV y se basa en los sentimientos y necesidades tanto propias como ajenas, a través de la empatía, la creación de peticiones, la libertad de la elección y la colaboración. Este tipo de lenguaje permite aprender de los errores y conectar con las emociones. ¿Os imáginais el juego de roles que podemos hacer usando esta teoría tanto en clase como en casa? Venga, vamos a explotar nuestra creatividad, a ver qué se nos ocurre…
¡En breve tendremos material disponible en tienda para trabajar este enfoque! Feliz día.